11/6/12

Las firmas (2)

Era diciembre de 2005. Buscando no sé qué cosa en internet, tropecé con un cuento de Nélida Piñón. En junio de ese mismo año, le otorgaron el Premio Príncipe de Asturias, ganándoles en las votaciones a Paul Auster (quien ganó al año siguiente), Amos Oz (vencedor del 2007) y Philip Roth (laureado este año). 
Debajo de la firma de Piñón en el cuento, había una dirección de correo electrónico. Yo solo había leído en ese entonces El pan de cada día, que traje de una librería de Buenos Aires un año antes: un libro misceláneo, con anotaciones temáticas, aforismos, anécdotas. Me animé y le escribí. Le dije que sus reflexiones sobre la escritura, su deliciosa anécdota sobre Borges, era lo poco que conocía de ella, que sus libros llegaban poco a Paraguay, pero que la experiencia de leerla era bella. El 27 de diciembre de 2005, me respondió: 

Prezado Blas,

          grata por suas palavras tão carinhosas.Por elas vejo da dificuldade de obter alguns dos meus títulos. Desta forma, terei muito prazer em lhe enviar alguns livros de sua preferência .

        Vou transferir sua carta para a minha  secretária para que ela providencie a remessa agora de algum título meu . Acaso lê em português? Lembro-me agora que tenho poucas cópias- ou nenhuma dos meus livros em espanhol. Avise-me se pode lê-los em português. E envie também o seu endereço-dirección.

          Um feliz 2006 .O abraço afetuoso da

              Nélida

Y luego de unos meses, ya en 2006, un buen día recibí desde Rio de Janeiro una edición brasileña de A República dos Sonhos (Editora Record, 2005), su novela más célebre. Y en la portada, la siguiente dedicatoria: