27/4/15

Roa Bastos visto por José Donoso

Fotografía del artículo de 1962. Roa Bastos caminando en Concepción, Chile.
 En  1972, José Donoso publicó Historia personal del boom, su versión “oficial” (y, por lo tanto, interesadamente parcial) sobre el fenómeno narrativo de América Latina en la década previa. El núcleo preponderante en ese contexto favorable  para la literatura del continente, por supuesto, estaba formado por Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar y el propio Donoso, a quienes se le podía añadir un quinto: Carlos Fuentes. Fue precisamente el escritor mexicano quien en 1962, en la chilena ciudad de Concepción, dio una especie de cátedra política y literaria sobre lo que era la naciente nueva narrativa hispanoamericana, en el marco de la VIII Escuela   de Verano organizada por la universidad de la ciudad. Ese cónclave, al calor del apoyo de la mayoría de los escritores a la fresca Revolución     Cubana, fue decisivo para que el boom tomara fuerza de grupo, según explica Donoso en su libro.   En ese encuentro estaba, también, Augusto Roa Bastos, quien es mencionado un par de veces —sobre todo por su condición de exiliado— en el volumen de memorias del autor de Coronación.
Algo de su paso por Concepción y de lo que pensaba Roa Bastos especialmente sobre su afición más fuerte en ese entonces, el cine, se puede conocer gracias a un artículo, titulado "Roa Bastos: La voz del Paraguay", que José Donoso publicó el 31 de enero de 1962 en la legendaria revista Ercilla. Donoso cuenta allí que el escritor paraguayo “presenta la  conmovedora faz del intelectual obligado a vivir durante largos años en el exilio por las dictaduras de su país: el Paraguay”. 
Narra que el paraguayo estaba decepcionado del resultado de la película  El trueno entre las hojas (1958), cuyo guion basado en su cuento (novela, dice erróneamente Donoso) también había escrito él. “El espectacular desnudo de Isabel Sarli le hizo sombra a todo lo demás...”, le dijo. El escritor chileno habla también de la versión cinematográfica de Hijo de hombre, que “es otra cosa” diferente a la anterior película. “Dice Roa Bastos que el cine argentino se encuentra en estos momentos en gran auge, más que nada por el esfuerzo e inspiración de la obra de un actor-productor chileno: Lautaro Murúa”, informa. Y sigue: “Señala Roa Bastos  que además en Buenos Aires en este momento existe un gran grupo de cineastas y escritores —Tomás Eloy Martínez, Rodolfo Kuhn y otros— que se están dedicando a planear un programa de televisión que también tendrá   las características de calidad e independencia del nuevo cine argentino”. Ignoro si aquel programa  existió realmente, pero Donoso afirma que Roa Bastos formaba parte del grupo que “traerá una renovación importante en  la televisión, y abrirá este medio para los escritores serios que deseen colaborar”.
 

Roa Bastos descalificado

Ese artículo de 1960 no fue el primero que Donoso escribió en Ercilla sobre Augusto Roa Bastos.  El 21 de noviembre de 1960, dos años antes, el chileno publicó "Cita nocturna con mis amigos escritores", una crónica de un encuentro con Miguel Ángel Asturias, Dalmiro Sáenz, Roa Bastos y otros en el departamento del narrador Bernardo Kordon (de quien el paraguayo adaptó un cuento para el guion de la película Alias Gardelito, del citado Murúa).
En Buenos Aires. Foto que ilustra otro artículo.

En esta crónica el  autor de El obsceno pájaro de la noche revela un hecho poco conocido de la biografía literaria de Roa: que    había sido uno de los ganadores del célebre concurso de relatos de la edición en castellano de la revista norteamericana Life, ganado en 1960 por el escritor argentino Marco Denevi (a quien también entrevista Donoso en la publicación)  con su magistral relato "Ceremonia secreta", y  quien dejó en el segundo lugar a Juan Carlos Onetti, con su inolvidable relato "Jacob y el otro".
Sin embargo, Roa fue descalificado porque había presentado en el certamen dos relatos que formaban parte de Hijo de hombre. También Dalmiro Sáenz lo había sido en el mismo concurso, pues su cuento "No" ya había sido publicado previamente al galardón obtenido, por lo que el mismo le fue retirado.
“Este año me he sacado tres premios. Uno, de guion cinematográfico. Otro, el premio Losada por Hijo de hombre. El último, el premio Life, que no llegaré a recibirlo: mandé mi novela al mismo tiempo a Losada y —dos capítulos arreglados— a Life”, cuenta sobre el affaire literario.
Roa, aquí, le dice a Donoso la consabida historia de la influencia de su madre en su carrera literaria (“Yo tenía una madre pajarito”, dice, “a la que le gustaba hacer versos y cantar canciones nostálgicas”), entre otras cosas de su vida (“Estaba empleado en una compañía de seguros y acaban de despedirme. No importa; ahora estoy trabajando en guiones cinematográficos”).
Los artículos de Donoso muestran a un Roa Bastos en la estela de un éxito inédito para él hasta ese entonces en los ámbitos de la literatura y el cine.

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