22/6/07

Pocas páginas y muchas nueces


La palabra está mencionada en la solapa: ambigüedad. El tiempo y la lectura demuestran que nunca hay que confiar mucho en lo que dicen los apéndices del libro, las partes de que está compuesta físicamente y que no son con exactitud el texto que iremos a leer, el que verdaderamente importa. No pocas veces la retórica promocional y comercial se abre paso para anular misterios y mistificar intrascendencias. Pero esa palabra escrita en la solapa de la edición de Acerca de Roderer (1992), la primera novela del escritor argentino Guillermo Martínez, define con precisa ambigüedad (con el perdón del oxímoron) la atmósfera, los personajes, la historia que sus páginas cuentan.
Gustavo Roderer, el protagonista, es un joven que vive en Puente Viejo, pequeño pueblo argentino. El narrador, también joven, lo conoce un día en un bar del pueblo, en donde se bate junto a él en un juego de ajedrez del que resulta, con el orgullo roto, perdedor. Es el inicio de una relación que no desconoce los largos silencios, pero que está abonada por una fascinación que tampoco rehúye las posibilidades de la inquina y la envidia más sutiles. Roderer abandona los estudios secundarios y se recluye en su casa para seguir con sus extrañas investigaciones, que el narrador ignora con cierto estupor e impotencia. Ambos personajes se ven inmersos en una callada competencia en busca del conocimiento. Roderer, retraído y solitario, enuncia reflexiones con aguda penetración filosófica; y el narrador, después de terminar los estudios en el colegio, se marcha a la universidad para estudiar matemáticas, aconsejado por el mismo Roderer. Así como el lector, el narrador desconoce la naturaleza de las investigaciones de Roderer. La maquinaria ambigua, que escamotea información, edifica misterios, ventanas y puertas falsas, en la línea del Henry James de Otra vuelta de tuerca, se apodera de lo narrado, revela debilidades y ausencias de certezas en el discurso del narrador.
Una veta que acentúa la sensación de estar metido en una historia cuyos resortes se desconoce, pero sin perder nunca un hilo narrativo óptimo y atractivo, es la que se da a partir del enamoramiento de Roderer por parte de Cristina, la hermana del narrador. Para quien nos cuenta la historia, la atracción que ejerce Roderer sobre su hermana es directamente proporcional a la que ejerce sobre él mismo. Nada más que, fracturado el afecto por el cuchillo del amor, el sufrimiento es mucho más grande en Cristina: Roderer prefiere los libros, el encierro y la oscuridad, antes que preocuparse por las "cosas mundanas", aunque siempre hay lugar para la sospecha de que la propia hermana fue más allá, de alguna manera, en su contacto y comunicación con el protagonista.
Es imposible dejar de pensar en dos autores cuando se lee Acerca de Roderer. En primer lugar, en Goethe, o más exactamente en su versión del mito del doctor Fausto. La sed de conocimiento de los dos personajes principales es una reactualización moderna, y en clave muy "tercermundo", del mito de la persecución de la razón tras el sentido último de la vida. En este caso, nadie vende su alma al diablo. Más bien hay una ausencia de comprador o de chivo expiatorio, pero el precio a pagar es también muy alto. En segundo lugar, Hermann Hesse, y más específicamente el Hesse de Demian, una obra paradigmática de la novela de formación, últimamente un tanto perimida. Aquí el narrador innominado hace las veces de Emil Sinclair, y Roderer es un Demian argentino. Sin embargo, en la novela del alemán la fascinación del narrador (Sinclair) le llevaba a una siempre condescendiente aceptación de las enseñanzas de Demian. En la obra de Guillermo Martínez, el narrador se rebela ante la singularidad (y superioridad) de Roderer. Así también, el libro está exento de esa parafernalia simbólica y de la pretensión moralizante de Demian. La filiación es evidente, pero el hijo salió mejorado, por lo menos en lo que respecta a efectismos.
La novela, en varios aspectos, parece estar escrita para un público europeo. Es arriesgada esta afirmación, lo sé, pero el hecho de que esté inscripta en una tradición europea en franca decadencia parece abrir paso a la creación de atmósferas, situaciones y personajes caros a esa frialdad existencial de entreguerras. Es justamente la Guerra de las Malvinas –única alusión importante a un contexto histórico definible– la que abre una brecha en la historia, una brecha no tan grande en lo temporal, pero con gigantes efectos emocionales que trastocan la visión del narrador con respecto a su pueblo, su familia y su oscuro amigo.
Libro para cualquier público, Acerca de Roderer demuestra que aún se puede escribir, con intervenciones decisivas para su actualización, una novela con ideas, con enseñanzas y aprendizajes. Además, prueba que en 117 páginas se puede decir mucho.