28/5/09

La Gran Muralla Norteamericana

Después de 4 meses, Ambar Selene durmiendo en su cuna, una botella de cerveza a medianoche, afuera la lluvia y un frío desacostumbrado, vuelvo con un post breve, casi insignificante. En 1986, mientras Borges moría y Maradona enmudecía al Estadio Azteca ganando una copa del mundo él y diez nombres más, el escritor norteamericano Richard Ford publicaba El periodista deportivo, la primera novela de una trilogía que sigue una década después con El día de la Independencia y otra década más con Acción de gracias. En la página 228 esta profética conversación entre el protagonista, Frank Bascombe, y dos cínicos amigos suyos:

-Caspar y yo pensamos que Estados Unidos tendría que levantar un muro a lo largo de la frontera mexicana, tan grande como la Gran Muralla, y vigilarla con hombres armados, dejándoles claro a esos países que aquí tenemos propios problemas.
-Es una buena idea.
-Así por lo menos podremos responder nuestro propio problema con los negros.-No sé lo que pensarán Delia y Caspar de Bosobolo, pero por si acaso no se lo pregunto. Para ser anticolonialista, Delia tiene fuertes instintos coloniales-. Ustedes los escritores siempre están dispuestos a navegar en la dirección que sople el viento, Frank.
-El viento puede llevarle a uno a lugares interesantes, Dee -le digo con seriedad burlona, pues Delia sabe cómo pienso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario