22/9/11

Eco cuenta cómo se hizo novelista

Sé de quienes no le tienen mucha estima a Umberto Eco. En él me parece que se opera lo que el sociólogo francés Pierre Bourdieu diría que es un caso de “tráfico de prestigio” (aunque el término es mío, no de Bourdieu) dentro de un mismo campo cultural: de riguroso académico y teórico, se hizo novelista popular, masivo y culto, según el juicio de lo que el filósofo argentino-mexicano Néstor García Canclini dice que es un síntoma de la posmodernidad. Es obvio que quienes lo leían con cierto respeto desde las esferas científicas, se desesperaron ante tanta “inmediatez” novelística del autor de El péndulo de Foucault. Y los lectores de sus novelas difícilmente no se lleven un chasco leyendo su Tratado de semiótica general.

Ahora, Eco vuelve a las librerías, luego de su reciente novela El cementerio de Praga, con Confesiones de un joven novelista, en donde aparentemente explica, desde su particular perspectiva, cómo fue que se hizo escritor de ficciones. Por lo menos por razones de oficio, el libro suena más que interesante.

“Nunca he entendido por qué a Homero se le considera un escritor creativo y a Platón no. ¿Por qué un mal poeta es un escritor creativo y un buen ensayista creativo no lo es?”, le dijo el escritor a la periodista Carmen Sigüenza, de Efe. Este “joven novelista” tiene hoy 83 años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario