1/4/14

La crueldad de abril

T. S. Elliot
Me gusta recordar el consabido verso de Elliot cada vez que comienza abril, el mes de mi cumpleaños.


Para él, abril no era el mismo mes crudelísimo que puede ser para nosotros, en términos estacionales. Era más benevolente climáticamente. Abril era, para él, el del renacimiento de la tierra luego de la muerte invernal. Su crueldad, en todo caso, era volver a engendrar lo diverso en un mundo atónito de espanto. Y sin embargo, por eso mismo, abril es el mismo mes cruel para todos, primaveral u otoñal, porque el espanto no cede. Dice el poeta anglo-estadounidense, en La tierra baldía (1922):

"Abril es el mes más cruel: engendra
lilas de la tierra muerta, mezcla
recuerdos y deseos...".


En 1960, Guillermo Cabrera Infante publicó su primer libro de cuentos, Así en la paz como en la guerra. En él está el relato "Abril es el mes más cruel" (años después reescrito y acotado significativamente, como si fuera Gordon Lish, el editor de Raymond Carver, y quisiera podarlo hasta dejarlo esquelético). El título es una obvia alusión al famoso primer verso del poema de Elliot. Aquí, muy a la manera de Hemingway (pero también con personajes típicamente chejovianos), el escritor cubano muestra a una pareja en plena luna de miel bajo el sol de estío en una playa innominada. En el cuento, lo recién nacido (el matrimonio) estará amenazado siempre por la posibilidad ambigua de la muerte junto al acantilado, aun cuando todo parezca engendrar lilas felices de la tierra muerta.

En 1998, en Los detectives salvajesde Roberto Bolaño, Joaquin Font (uno de mis personajes preferidos de la novela, uno de los más lúcidos de ella en su locura) está en la Clínica de Salud Mental El Reposo. Es abril de 1980. Uno de los realvisceralistas, Álvaro Damián, lo visita. Le cuenta que el Premio Laura Damián que había entusiasmado durante un tiempo a los poetas jóvenes ha dejado de entregarse. Y a Font le parece bien la muerte de ese premio. Poco después, va la hija de Font a visitarlo. "Tengo que decírtelo", le dice. "Cuenta, cuenta, soy todo oídos", contesta Font. Y ella cuenta: "Álvaro Damián se pegó un balazo en la cabeza". Y Font, luego de preguntarse cómo pudo haber hecho semejante barbaridad, pensó "en el premio Laura Damián que se había acabado y en los locos de El Reposo en donde nadie tiene dónde reposar la cabeza y en el mes de abril, más que cruel desastroso, y entonces supe sin asomo de duda que todo iría de mal en peor".

Así es abril. El mes en que nací.

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