26/5/08

Dos imágenes

Ya no queda nada.

Solo dos deshilachadas imágenes migrantes del tiempo.

 

La primera.


Estás agazapada en mi sueño,

removés con una mirada sola

el barro doliente de la noche.

No hay forma de tocarte,

de llenar de dedos ásperos tu cuerpo.

Te desvanecés, te desvanecés siempre

cuando el sueño termina porque te desvanecés,

cuando apenas la mano se rebela

y estira las uñas hacia la oscuridad

y se repliega avergonzada en mis ojos abiertos.

 

La segunda.

Reaparecés, más tarde,

tensa y paranoica,

con los ojos aún anclados en el sueño,

con tu uniforme del colegio,

reaparecés, digo, en las hordas matutinas de los colectivos,

cuando caminás hacia el centro despacio,

y me levanto, soberano destruido por los años,

destejo las redes del temor y del frío

te cedo mi lugar, o intento hacerlo,

pero una mujer se adelanta,

una mujer muy otra, muy ajena,

y coloca su cuerpo apresurado donde estuvo el mío,

mientras yo desesperado te busco y ya no estás,

te bajaste nomás en alguna esquina

inventada por tu apuro,

por tu venganza de las primeras horas del día.


Por tu justa venganza, dirás.

2 comentarios:

  1. simplemente hermoso ... abrazo en esta distancia virtual de teclas y bits

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  2. "por tu justa venganza".

    Saludos, hermano paraguayo!!

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